lunes, 11 de julio de 2011

Rawaz Capítulo II

Capitulo 2La gran pérdida
Cuando Rawaz se acercó a su hogar en los montes escarpados notó que algo grave había sucedido pues las condiciones atmosféricas eran erráticas, con fuertes vientos y destellos de sol seguidos por lluvias violentas y tormentas eléctricas. Rawaz había aprendido a controlar el clima y llevaba un detallado registro de sus observaciones. Cuando hubo llegado a su cabaña asumió de nuevo su forma humana y empezó a evaluar los daños. Algunos de sus animales domésticos estaban muertos, otros habían escapado. La puerta estaba rota y adentro todo estaba en gran desorden. Su libro de observaciones había desaparecido. Aquello fue una gran tragedia, pues sabía que en manos equivocadas podría tener un efecto devastador no sólo en su país sino también en lugares localizados en otras dimensiones.Rawaz, el guardián de las reliquias, se dedicó a ordenar sus pertenencias mientras pensaba en qué hacer. Recordó entonces que aún tenía la moneda que la anciana le había dado y pensó que sería un buen punto de partida. La sacó de su zurrón y al contemplarla notó unos signos extraños, también se dio cuenta que no era de bronce como lo había pensado al principio sino de un material que no podía precisar. Esto pensaba cuando oyó un chillido horrible y de debajo de una mesa salió una especie de rata con alas de libélula y cola de lagarto que arrancó de las manos la moneda y salió volando de la cabaña. Rawaz gritó algunas instrucciones y al salir de la cabaña vio a la criatura atrapada en una enorme telaraña y a una araña colosal con manchas verdes y naranja acercándose a ella. La araña inyectó su veneno en la criatura y llevó la moneda a manos del guardián de los secretos.Rawaz reunió algunas provisiones y se dirigió al desierto rojo donde habitaba un anciano amigo de su maestro llamano Ko el grande. Ko era fabricante de espadas y experto en metalurgia. Fue así como Rawaz supo que la moneda provenía de un reino cercano y que era el monarca de ese pueblo, el temible Ortos quien estaba tras las reliquias. Para ello se había valido de la astucia de la gran hechicera Sacer de Raluar de quien nadie había oir en los últimos 30 años pero que aparentemente estaba de vuelta en su oficio. Ko transformó la moneda en forma de un medallón que colgó al cuello de Rawaz, asegurándole que Sacer, la terrible bruja, iría a buscarlo, pues bien hubiera sido por descuido o por ingenuidad había un gran poder en el metal que formara la moneda.

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