lunes, 11 de julio de 2011

Rawaz Capítulo IV

Capitulo 4La invasiónUna vez que el artefacto del temible Ortos estuvo terminado se instruyó un contingente de unos cien mil seres diabólicos para la gran invasión. Su táctica consistía en disparar primero ráfagas de ignorancia en las mentes humanas y luego llenarlas de desgano y apatía y una vez que con la pereza generalizada se hubiera preparado el terreno, llenarlas de miedo para generar con ello los pensamientos de angustia tan preciados para ellos.Rawaz vino a buscarme un día mientras yo pintaba uno de los pilares del templo y me habló de la gran invasión que se acercaba. También me preguntó por los cuatro frascos que en alguna ocasión me había dado y yo le expliqué que su contenido se había multiplicado en el campo fecundo de la mente de mis estudiantes. Aquello pareció complacer al guardián de las reliquias pues me aseguró que el único medio de defenderse debería venir de lo profundo de la mente humana.Lo que siguió entonces fue la más terrible invasión de que se tenga memoria en la historia humana. Ráfagas de ignorancia caían del cielo en forma de dudas y temores sobre el futuro y poderosos escudos de optimismo y fortaleza espiritual eran su contraparte. El ejército terrestre sobrepasó con creces el ataque proveniente del reino de Rigmor, morada del monarca Ortos. Ante mis ojos vi como centenares de Ecuaciones Diferenciales caían del cielo y cómo en diferentes partes del mundo mis estudiantes las resolvían con esmero y dedicación y sobre todo con tan gran elegancia que con cada respuesta correcta caían docenas de invasores.A los ojos de Rawaz, según me lo comentó más tarde, la lucha era entre horripilantes criaturas, mitad langosta, mitad babosa que devoraban a su paso extensos cultivos. De aquellos cultivos, sin embargo, surgían plantas trepadoras que envolvían las langostas en vuelo y hacían que se evaporaran en medio de un hedor horrible, luego una ráfaga de viento limpió el ambiente y una fina lluvia cayó para refrescar las plantas.PacelliSep 19 2009

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