domingo, 6 de abril de 2014

La fuga
Relato original de Pacelli Torres, ganador del cuarto concurso nacional de cuento RCN-MEN

Un destello de luz proveniente del cielo iluminó la ventana y el cristal estalló en mil fragmentos.

Con gran alegría supe que el momento de mi liberación había llegado.¿Cuánto tiempo había permanecido cautiva? Lo ignoraba y tampoco me importaba. Lo único que sabía era que debía culminar mi misión.

Abandoné la celda y me esforcé por recordar la dirección donde nuestra afligida reina se había refugiado con un puñado de seguidoras.

El cielo, de un color plomizo, acentuó mi sentimiento de desasosiego al recordar la invasión, y cómo fui separada violentamente de mis compañeras para despertar en un lugar desconocido. Pero al final las cosas no habían sido tan malas. No lejos de allí descubrí hermosos campos floridos junto a un bosque que me pareció infinito y pensé que aquel sería un buen lugar para el restablecimiento de nuestro grupo.

Sin poder identificar la causa primaria de aquel milagro que rompió la ventana, agradecí mi buena fortuna y aturdida como estaba, me dejé guiar por mi intuición esperando encontrar de nuevo a las sobrevivientes y transmitirles las buenas nuevas.

Con gran determinación pude sortear varios obstáculos y evitar en fracción de segundos un par de peligros mortales. La imagen de los nuevos campos descubiertos me envolvía como una aura protectora e incluso la desesperación sentida en aquella última prisión, con su cristal aparentemente irrompible, se diluyó en mi memoria.

Cuando llegué al traicionero pantanal pensé desfallecer. Mi mente se inundó de recuerdos hexagonales de color amarillo, pero sabía que sería una locura detenerme en aquel lugar. Entonces escuché una voz que me llamaba y al mirar a un costado descubrí a una de mis antiguas compañeras, y temiendo que me hallara en los últimos minutos de mi vida, le transmití el mensaje.

Un lapso indeterminado transcurrió, en el cual una  oscura luminosidad inundó todo mi ser. Recuerdos inconexos desfilaron por mi mente. Contemplé el tiempo de mi nacimiento y mi evolución entera, cuántos cambios y cuántas nuevas circunstancias en una sola vida! Formas maravillosas, extraños colores y exquisitas melodías dieron lugar de nuevo a los hexágonos amarillos y lentamente fui pasando de la inconsciencia a la semiconsciencia y finalmente, en medio de un creciente zumbido, desperté por completo.

Cuando mi vista se focalizó de nuevo, me encontré frente a nuestra venerada reina, que con un gesto de aprobación me hizo entender que mis esfuerzos no habían sido en vano y que gracias a ellos se había asegurado la supervivencia de nuestra maltrecha colmena.

Viena, abril 4 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario